Los autores de la Alta Edad Media definieron la monstruosidad fundamentalmente a partir de la deformidad corporal. Durante el “Renacimiento del siglo XII” comienza un replanteamiento acerca de lo monstruoso. Gracias a la difusión de las ideas de Agustín de Hipona y de Aristóteles, surgen diversos argumentos de carácter filosófico, biológico e historiográfico que presentan una nueva mirada sobre los seres deformes. Los intelectuales de los siglos XII y XIII introducen nuevas variables a la hora de calificar y explicar lo monstruoso: las acciones que van contra las actitudes normales de las personas, la falta de costumbre de la comunidad frente a un fenómeno natural desconocido, la escassa fidelidad en la trasmisión de información debido a la lejanía. Comienza a buscarse las causas físicas de la deformidad y aparece, en definitiva, una nueva concepción del monstruo, no ya ligado necessariamente a lo fisiológico sino también al comportamento individual o colectivo.