Fenómeno intrincado y original, el estudio de las iglesias patrimoniales altomedievales puede ser abordado desde numerosas perspectivas: como piezas de las estrategias de herencia y patrimonio, como índice de las relaciones entre clero y aristocracia laica, como barómetro de la variabilidad de las costumbres locales, como señal de penetración del cristianismo en ambientes rurales, como jalón del proceso de parroquialización, etc. En este trabajo, el cruce de derechos que las iglesias patrimoniales ponen en juego constituye el punto de partida para indagar sobre los cambios que experimentan los conceptos jurídicos de lo público y lo sagrado en la península ibérica entre los siglos IV y VII. La idea que lo anima es demostrar que durante el dominio del Imperio y los siglos posteriores a su caída, los juristas recurrieron a las figuras del derecho romano tradicional para normar los conflictos generados por la aparición de este nuevo fenómeno. En este tratamiento, aquello que se entendía por “público” y “sagrado” fue intensamente modificado.