La Capilla de Santiago, construida en la Catedral de Toledo a lo largo del siglo XV para volverse lugar de enterramiento de Álvaro de Luna y su linaje, es uno de los principales exponentes del Tardogótico castellano. El proceso constructivo tuvo dos fases distintas: durante la vida del Condestable, cuando él se encargó de la obra, y algunas décadas después de la trágica muerte del Privado, cuando los elementos de la capilla fueron concluidos y su cuerpo trasladado bajo incumbencia de su hija, María de Luna y Pimentel, II Duquesa del Infantado. Por haber ocurrido la construcción en momentos distintos de un proceso amplio de cambios, la estructura nos da indicios también sobre las alteraciones en las representaciones y estrategias utilizadas por el estamento nobiliario en el seno de conflictos de carácter nobleza-nobleza. El objetivo de este artículo es analizar la Capilla de Santiago, entendiéndola como una forma compleja de acción política, cuyo examen puede contribuir a la comprensión de las transformaciones que marcaron el siglo XV en Castilla, a medida que los conflictos que envolvían las representaciones de grupos y/o individuos fueron agentes activos de los cambios que engendraron la consolidación de la ideología alto nobiliaria.