El trabajo aquí propuesto dice relación, en el ejemplo de Alfonso VII y sus regios sucesores, con el estudio de los mecanismos por medio de los cuales la casa real leonesa preparaba al futuro gobernante a fin de prodigar una educación tendiente a estimular las capacidades innatas de los Infantes, su idoneidad para el cargo, a la vez de crear las habilidades necesarias que complementarían a las primeras, para el buen desempeño del ejercicio del oficio de administrar el poder. De tal modo, considero que la praeparatio fue la forma más práctica para vincular idoneitas con oficium en un mundo donde el gobernar era considerado el mayor de los estados dentro del cuerpo de la sociedad. Tanto la articulación del imperium de León, como la dinámica de poder peninsular de fronteras internas en la cristiandad ibérica contaron con una tradición institucionalizada que tuvo como fin educar, formar, tanto a las Infantas como a los Infantes de la casa regia. La praeparatio tuvo dos vertientes: una teórica y otra práctica. La primera es visible en los diplomatarios regios en donde al monarca en funciones se le agrega como confirmantes los regios infantes. La segunda se refiere esencialmente al “hacer” de los infantes como reyes delegados y representantes de su padre en zonas bien específicas donde se curten en la labores propias del oficio que deben desempeñar, sea como soberano propietario o consorte. Se trata aquí de retratar como la institucionalidad de educar en el oficio regio se mantuvo en los hijos de emperador Alfonso VII.